Chinas es la nueva película que la directora Arantxa Echevarría ha estrenado en cines. Tras el éxito de Carmen y Lola, la realizadora vasca aterriza de nuevo en las salas con un filme que, desde diferentes perspectivas, narra las dificultades de la comunidad china para adaptarse a la sociedad española.
Chinas pone el foco en dos niñas de 9 años, Lucía y Xiang, que al comienzo del curso escolar no parecen tener nada en común. Lucía es de segunda generación de inmigrantes y desea integrarse completamente en la sociedad española, mientras que Xiang es adoptada y se siente fuera de lugar. A medida que la historia avanza, estas dos niñas se cruzan, se separan y finalmente se convierten en piezas fundamentales en la búsqueda de su propia identidad.
Una apuesta valiente por narrar algo muy cotidiano
Si por algo destaca Chinas es por ser una apuesta valiente por mostrar sin artificios los prejuicios y estereotipos que a menudo rodean a esta comunidad. No obstante, es precisamente ese exceso de naturalidad lo que en ciertas secuencias termina por hacer demasiado artificiales determinados acontecimientos.
El personaje de Carolina Yuste brilla a escondidas
Las interpretaciones en Chinas cuentan con la calidez necesaria para que podamos empatizar con unos personajes bien construidos en el proceso de guion. El reparto, sobre todo el infantil y juvenil, logra transmitir las emociones y experiencias de sus personajes de manera convincente. Mención especial para la pequeña Daniela Shiman Yang que, con un desparpajo brutal, logra transmitir todas las aristas de una protagonista nada fácil de defender ante la cámara.
Pero tampoco podemos pasar por alto el personaje secundario interpretado por Carolina Yuste. A pesar de aparecer en pocos minutos del metraje, la actuación de la pacense resulta imprescindible para entender el trasfondo de la historia y aporta una profundidad necesaria a la trama. Las pausas entre frases, los gestos comedidos y las miradas ante la madre de Xiang marca el camino de una interpretación exquisita.
Un montaje que no termina de convencer
El montaje de Chinas intenta entrelazar los diferentes puntos de vista, pero no lo logra del todo. A veces, la transición entre las vivencias de las protagonistas puede resultar confusa y desorganizada, lo que dificulta seguir la trama con una mayor empatía.
Fruto de esta situación, el final de la película puede parecer hasta precipitado. Todo ello a pesar de que el filme invierte casi dos horas de metraje para desencadenar todas las tramas. Después de pasar tanto tiempo desarrollando los personajes y sus historias, la conclusión parece apresurada y nos deja con dudas acerca de uno de los puntos clave del filme.
Chinas es un filme con alma que merece su oportunidad
A pesar de todo, Chinas es una película que cuenta con las cualidades necesarias para ganarse a los espectadores. No sólo por su representación realista de la comunidad china en España, sino también por su intento de erradicar los prejuicios y estereotipos que a menudo se asocian a estas personas. Con suerte, esta película ayudará a fomentar un mayor entendimiento y aceptación de la diversidad cultural en nuestra sociedad.