“El amor en su lugar” es la última película que el director Rodrigo Cortés que nos traslada a la Varsovia de la Segunda Guerra Mundial. La cinta ya tiene fecha de estreno y llegará a los cines el próximo 3 de diciembre. El filme narra la historia de un grupo de intérpretes judíos que viven en un gueto polaco controlado por los nazis. En el escenario todo parece marchar con normalidad y el guion de la obra hace olvidar a los asistentes sus problemas. Sin embargo, tras el telón los actores planearán una huida que puede complicarse más de lo que ellos mismos piensan.
Un plano secuencia inicial de muchos quilates
“Love Gets a Room” es el título en inglés de “El amor en su lugar” y a buen seguro que lo escuchamos en muchas ocasiones por la internacionalidad del elenco y equipo. Hablar sobre la calidad técnica de la película no tienen sentido si no se ve en pantalla grande el plano secuencia inicial. Pronto se nos viene a la cabeza que otros cineastas españoles como Rodrigo Sorogoyen ya nos tienen acostumbrados a imágenes sin cortes de muchos quilates en los últimos años. No obstante, Rodrigo Cortés ha sabido encontrar en la cinematografía de Rafael García una alianza perfecta para atrapar al espectador durante los primeros 15 minutos de película.
Al inicio del filme seguimos con total inmersión la presentación del personaje interpretado de sobresaliente por Clara Rugaard. La actriz muestra los matices esenciales para ir abriendo el arco narrativo de esta joven que luchará por ser fiel a sus ideas. Unos pensamientos que con el paso de metraje y de la obra teatral, que en la cinta se representa, cada vez serán más nítidos. Llegados a este punto hay que tener en cuenta que el equipo de “El amor en su lugar” tuvo que reconstruir cada melodía por medio de un arduo proceso de investigación. Solo se conservaban las letras originales y esto hace que el mérito tras gozar de la música del filme sea todavía más reseñable.
Una luz realista
La iluminación de la película es otro de los aspectos que llaman la atención dentro de la producción. Nos encontramos con escenas en las que incluso tenemos que forzar un poco la vista para diferenciar determinados elementos. Pero esto no hace más que mejorar nuestra experiencia y acercarnos al interior del Teatro Fémina. La obra ha comenzado y ahora nosotros también formamos parte de su elenco. Sin cesar iremos del escenario a los camerinos, improvisaremos sentimientos y se nos erizará la piel con la profundidad que adquiere la trama. Resulta impactante la forma tan luminosa mediante la que se representa lo siniestro. La muerte aplaude, pero el amor invade.
“El amor en su lugar” es una de las mejores películas españolas del presente año. El trabajo técnico y narrativo de Rodrigo Cortés y su equipo se une a la perfección con el plano interpretativo para ofrecernos una experiencia de esas que no se olvidan en sala. Una cinta de las que hay que escuchar en vez de oír y que conviene sentir en lugar de ver. El amor encuentra su lugar en nuestra butaca a partir del 3 de diciembre. En versión original, por favor.