Menos es más. Este puede ser un perfecto resumen de la gala inaugural que abrió el telón del 26 Festival de Málaga. Con un brillante espectáculo de 45 minutos, presentado por Elena Sánchez y Marta Hazas, el certamen mostró su carta de presentación para una edición que promete grandes alegrías y mucho cine del 10 al 19 de marzo.
Nada más arrancar la gala, Marta Hazas indicó que la gala inaugural del 26 Festival de Málaga iba a ser breve y que el público se mantendría entretenido. Pues bien, el desarrollo del evento convirtió lo que podría parecer un cliché en toda una verdad. Los montajes audiovisuales para presentar los contenidos de esta edición resultaron brillantes y las actuaciones musicales fueron dando paso a cada bloque. Cuesta muchísimo, hoy en día, generar una gala entretenida y el Festival de Málaga lo consiguió.
La importancia de un gran festival
La malagueña Vanesa Martín abrió el abanico de estelares actuaciones musicales con su tema Cuando tú no estabas. Posteriormente, con una buena transición sobre el escenario entre las dos presentadoras y la siguiente actuación, Natalia Lacunza regaló a los presentes su canción Tiene que ser para mí.
Y las teclas del piano, sumadas a la bonita voz de la navarra, dieron paso a los siguientes momentos de una gala inaugural que además de presentar fotogramas de películas, cortos, documentales y series que veremos durante estos días sirvió para recalcar la importancia del certamen para contribuir, desde 1998, a la difusión y promoción del cine español y en español.
Los homenajeados de esta edición
En la 26 edición del Festival de Málaga se sigue reconociendo a los profesionales de la industria audiovisual, como la script Yuyi Beringola, quien recibirá el Premio Ricardo Franco. También se homenajeará a Carla Simón con el Premio Málaga Talent, al director Alberto Rodríguez con el Premio Retrospectiva y a Blanca Portillo con el Premio Málaga.
La sobresaliente actuación de Miguel Poveda fue otro de los puntos fuertes de la noche. El cantaor puso de pie al público con un homenaje a Pablo Picasso en particular y a la ciudad de Málaga y Andalucía en general. Tras él, la artista Diana Navarro no se quedó atrás y con su característica voz emocionó a los presentes por medio de un homenaje musical acompañado de imágenes del artista jienense en pantalla.
Y llegó el momento más emocionante de la noche. El linarense Raphael apareció sobre el escenario para, en sintonía con el resto de la gala, ofrecer un breve discurso que contuvo todo lo esencial para demostrar el amor del artista por el cine. Porque no hay que olvidar que Raphael no es solo música, también es cine. Y premiar esa faceta ha sido todo un acierto por parte del Festival de Málaga.
El “os quiero mucho a todos” de Raphael, al darse la vuelta espontáneamente cuando abandonaba el escenario, fue el mejor ejemplo de gratitud. Un acto reflejo que define la valía de este tipo de premios y actos para quién los recibe.