Los renglones torcidos de Dios: en busca de una explicación

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Los renglones torcidos de Dios es la nueva película del director Oriol Paulo que está arrasando en taquilla tras su estreno el pasado 6 de octubre en cines. El largometraje, adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena, promete romper los esquemas a cualquier espectador que se aventure a ver el filme protagonizado por Bárbara Lennie. Los continuos giros de guion, a buen seguro harán que muchas personas busquen el final explicado para encajar todas las piezas de esta historia.

Una ambientación sobresaliente

El primer aspecto que nos hace conectar a la perfección con Los renglones torcidos de Dios es su cuidada ambientación. En este sentido, todos los departamentos de la película han trabajado con eficacia para trasladarnos a este hospital psiquiátrico tan peculiar. Hay que tener en cuenta, que Oriol Paulo y su equipo se decantaron por la antigua Tabacalera de Tarragona para dar cabida a Nuestra Señora de la Fuentecilla. Por tanto, no existe realmente como tal el centro que se muestra en la película llamada God’s Crooked Lines en Netflix, a lo largo de países de habla no hispana.

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La dirección de fotografía de Los renglones torcidos de Dios corre a cargo de Bernat Bosch y, sin florituras, nos adentra en espacios oscuros que en muchas ocasiones contribuyen a esa claustrofobia narrativa buscada. De hecho, en anteriores trabajos del catalán ya pudimos apreciar su buen trato fotográfico en condiciones de poca luz y ambientes misteriosos. Hasta nos encontramos con algunas secuencias que nos traslada a ficciones como The OA o Stranger Things en las que la mente y los pensamientos también juegan un papel primordial.

La importancia de los secundarios en Los renglones torcidos de Dios

En Los renglones torcidos de Dios nos encontramos con un papel protagonista ejercido de forma magnífica por Bárbara Lennie. No vamos a descubrir ahora, a estas alturas, que la madrileña es una de las mejores intérpretes del cine español. No era fácil asumir el papel de Alice Gould y aquí nos encontramos con un personaje principal que muestra múltiples aristas con total credibilidad. Entre la delgada línea de la verdad y la mentira, los espectadores caminan desde la primera secuencia en busca de algo de cordura. También son dignas de mención especial algunas secuencias tú a tú frente a Eduard Fernández o Javier Beltrán que impregnan de tensión la pantalla.

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Las interpretaciones de los personajes secundarios de la película también son muy importantes para que los giros de guion tengan efecto. Quizás el tendón de Aquiles del largometraje es la carencia de profundización en los arcos narrativos, por ejemplo, de los hermanos Rómulo y Remo. También falta algo de contexto en Ignacio Urquieta para entender más sobre su temor al agua o el motivo de su aparente cordura a pesar de permanecer interno. No obstante, para eso contamos con una novela en la que sí se desarrolla mucho más el pasado psicológico de los personajes. En el cine el tiempo de metraje es limitado y aquí apremia ir al grano para entretener sin concesiones durante dos horas y media. Y esto sí que lo consigue con creces.

Un final repleto de tensión y magnetismo

Despejar todas las incógnitas presentes en Los renglones torcidos de Dios se convierte en un caleidoscopio para los espectadores. Según giran los acontecimientos, nos encontramos con una composición distinta que no sabemos si será la definitiva.  Al igual que en Contratiempo o El inocente, aquí es fundamental no caer en determinados detalles clave para disfrutar más del proceso. En cualquier caso, aunque algunos digan que se lo veían venir todo al caer la lluvia, también serán muchos los que busquen el final explicado de la película para entender qué es cierto y qué es mentira.

La conclusión de la película acaba por situar la última pieza a un puzle que deja con muy buen sabor de boca. Estamos ante una de esas películas cuyo poso permanece durante horas en la mente. Son tantos los giros y personajes con los que nuestros pensamientos interaccionan en algún momento, que hasta sentimos cierta nostalgia al salir de este magnético centro psiquiátrico.

3 comentarios

  1. Vicente García Giménez

    LOS RENGLONES _•3_ TORCIDOS DE DIOS
    Anticipemos que es desaconsejable su visión para los lectores y admiradores de la novela. El espectador que lea después la novela olvidará la película. La primera parte de la proyección que se presenta en pantalla muestra expectativas halagüeñas, después cae en la pesadez y el aburrimiento. No está a la altura de su homónima literaria. La puesta en escena teatral, los diálogos pomposos distancian la pantalla del espectador (no está a la altura de la obra literaria). La pretendida transición política y social de telón de fondo en la obra fílmica queda en agua de borrajas, tal vez acorde con las nuevas memorias históricas (los que las vivimos podemos dar fe).
    La película se olvida de los presumibles errores de Dios y se dedica más a los sanatorios y curanderos de manicomios (tiempo de la narración). Las sorpresas aparecen vengan o no vengan a cuento. Llega el aburrimiento por la forma de contarlo. ¡Ah! El final. El espectador se ha dejado manejar plácidamente pero el desmedido trenzado de personajes y sanitarios hace sentir su peso a partir de los 70 minutos de proyección. La película no mantiene el espíritu de la novela. Los locos se quedan en meros comparsas de pueblo; o casi. Poco de Psique y más de thriller televisivo. La gramática fílmica mezclando tiempos no deja de ser un añadido que no aporta ni emoción ni intriga. Recomiendo la novela aunque la ´peli´ presenta cosas majas e inteligentes y atractivas, pero es lo menos que se puede pedir a la productora por poner su dinero. Supera la media de calidad cinematográfica de la actual producción española. Sigo recordando el personaje de •El abogado del diablo- de Morris West, que hablaba de pedir cuentas por su deficiente hechura viril.

  2. Vicente García Giménez

    LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS -2-
    Películas que han tocado el tema de ingreso en un sanatorio psiquiátrico buscando las pistas de un pasado asesinato: obras de Fuller, Scorsese, Milos Forman (Alguien voló sobre el nido de cuco”)-anterior a la aparición del libro de Luca de Tena- con el tema de la visión de una necesidad de revisión de la reforma del tratamiento social y clínico de la locura, principio por cuyo diagnóstico asignaban los pacientes a los manicomios, casas de salud… Un viaje a la locura. Por una parte del espejo la presunta cordura de la Licenciada en Química, detective diplomada y su engaño, y por otra parte del espejo –con Alicia- el mundo que ve la presunta paciente criminal para evitar el descubrimiento de su culpabilidad.
    Tal vez la película requiere una segunda visión para emplastar detalles. Demasiadas sorpresas para encajar. Mucho peor cuando en la película los personajes tienden al estereotipo y el guion se limita a fijar una historia sin más interés que el de mejorar las secuencias de la narración con una marca aceptada como coherente y actual.
    La historia de la novela transcurre en el año 79. Era la España de los engaños y de alcanzar un puesto de duración permanente (así estaba el personal de los centros psiquiátricos): todo apariencia, no importaba quién firmara los títulos de ocupación.
    Dios escribe derecho con renglones torcidos, dice Santa Teresa. Y Luca de Tena quiso sacar a la luz la verdad de los sanatorios mentales durante la transición. En la película demasiados giros argumentales desde un diagnóstico de poca monta…
    ¿Una terrible equivocación de la naturaleza o las faltas de ortografía de Dios? ¿Ingresada subrepticiamente o padecía un trastorno psicológico? ¿Locos, cuerdos o a ratos? Por valentía del equipo realizador, debe verse.

  3. Vicente García Giménez

    LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS ¿Cine literario o literatura rancia?
    Para algunas generaciones el título recuerda la obra literaria,1979, de título homónimo cuyo autor Torcuato Luca de Tena se recuerda como uno de los próceres de nuestra literatura española del siglo XX. Solo por recordar el tiempo de lectura vale la pena pasar por taquilla. Y para los cinéfagos, recordar “Corredor sin retorno- Shock Corridor” de Sam Fuller, la historia de un famoso periodista que quiere ganar el premio Pulitzer investigando un asesinato cometido en un centro psiquiátrico determinado. También recuerda “Vértigo”-58- de Hitch, y “Shutter Island” de Scorsesse con Di Caprio… Torcuato Luca de Tena era el nieto del fundador de ABC y su obra más conocida para las generaciones citadas fue “Edad prohibida”-58- .Aún no nos habían invadido los libros estadounidenses de autoformación.
    Alice, el personaje central, es Licenciada en Químicas y detective diplomada. Se puede decir que sobre el telón de fondo que delimita la frontera entre el delirio y la salud mental tratan de sentar cátedra dos tipos de psiquiatría: sanatorio frente a manicomio (aunque este aspecto puede pasar desapercibido para el espectador). Una versión de la novela se llevó al cine en el año 83 en México dirigida por Tulio Demicheli, director y guionista hispanoitaloargentino.
    Se han presentado filmes con temas de simulación de una persona ya para acercarse a las fuentes de información sobre la muerte de algún pariente o algún intermedio a un personaje. Todos los internados se someten más o menos a un protocolo generalizado de los mismos controles y vigilancias. ¿La recién ingresada, protagonista de la película que se ha estrenado, representa una realidad o una pantomima? Ese es el dilema de la película. Varias historias cerradas en el metraje no dejan de ser giros para mayor duración; en la novela tienen valor por sí solas. De la misma forma que estas historias deslucen el valor de la novela, los actores se ven impelidos a una sobreactuación innecesaria cuando los pasajes en la novela están perfectamente delimitados en su teatralidad. Se sobrepasan las medidas a que acostumbra el buen cine.
    Términos técnicos de los profesionales del sanatorio se citan en los diálogos sin la ilustración necesaria y los espectadores se quedan a dos velas a pesar del aligeramiento.
    Demasiado larga, repetitiva…Cada vez cuesta más para el espectador aceptar una adaptación literaria.

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