¿Qué es una serie “dramarracha”? Si todavía no has escuchado hablar de Una Perra Andaluza, prepárate: no es solo una serie LGBTQ+, es un retrato generacional descarado, valiente y tan honesto que duele… pero te hace reír. La creación de Pablo Tocino ha irrumpido en la ficción española con fuerza, rompiendo moldes con una propuesta tan underground como genuina. Su segunda temporada, ya disponible en Filmin, confirma lo que muchos intuían: estamos ante una de las grandes revelaciones del audiovisual reciente.
¿Por qué deberías ver Una Perra Andaluza?
1. Un tono inédito en la ficción LGBTQ+: el “dramarracha”
Una Perra Andaluza no es drama, ni comedia, ni dramedia. Su creador la define como una serie “dramarracha”, un género que mezcla drama y cutrez emocional, con diálogos afilados y situaciones incómodas pero hilarantes. Aquí no hay personajes trágicos ni perfectos: hay gente queer de verdad, con contradicciones, errores y mucha sorna.
“Queríamos que te vieras reflejado, incluso cuando preferirías no hacerlo”, explica Tocino.
2. Un triángulo entre deseo, amistad y soledad
Los personajes de esta serie andaluza navegan relaciones afectivas con una mezcla de intensidad y humor resignado. Fans de Lorde y María del Monte a la vez, sus protagonistas enfrentan las miserias cotidianas con una actitud que es pura resistencia queer: reírse antes de que lo hagan los demás.
Temporada 2: más irreverente, más madura
Rodada inmediatamente después de la primera, la segunda temporada conserva el descaro que conquistó a su público, pero suma un punto de madurez. Como resumen perfecto: “hacerse mayor es una guarrada”.
Entre las tramas:
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Samu vuelve a Huelva con su familia.
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Tamara y Judit se conocen.
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Marcos vive su primera vez.
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Sofía y Sylvia enfrentan nuevas realidades.
Y todo acompañado de una nueva banda sonora a cargo del artista Ghouljaboy, que aporta aún más personalidad al universo de la serie.
Nuevos fichajes, cameos y personajes revelación
En esta temporada se suman jóvenes talentos como Manolo Flórez, Néstor Goenaga, Bárbara Arrante o Paco Márquez, así como cameos de Rocío Saiz, Carlos Peguer, Karmento o David Andújar. Además, el tiktoker Manuel Jiménez pasa de cameo a personaje recurrente.
Repite el elenco original, compuesto por nombres que han despuntado tras la serie: Sara Perogil, Enmanuel García, Esther de los Reyes o Yir Campos.
¿Quién está detrás de Una Perra Andaluza?
El artífice de esta joya es Pablo Tocino (Huelva, 1995), médico de formación, pero narrador de vocación. Ha escrito y dirigido varios cortos y colaborado en medios culturales entrevistando a artistas como Rosalía o Billie Eilish. Una Perra Andaluza es su proyecto más ambicioso hasta ahora: autofinanciado, grabado durante años y sin apenas presupuesto. El resultado: una serie vibrante, emocionalmente cruda y estilísticamente única.
Éxito inesperado: de proyecto sin presupuesto a fenómeno de culto
Pese a nacer como una idea entre colegas sin fondos ni recursos, Una Perra Andaluza se ha convertido en un éxito de crítica y público, avalado por:
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Filmin, que apostó por la serie desde su 1ª temporada.
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Tres nominaciones en los Premios Asecan 2024: mejor serie, mejor dirección y mejor guion.
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Proyecciones en festivales como el FOC Cultura con Orgullo, Lesgaicinemad o el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
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Apoyos de figuras como Cristina Medina, La Dani o Falete, que hacen cameos en la serie.
El director del FOC, Javier Paisano, la comparó con “los primeros pasos de Almodóvar y François Ozon”.
Puedes ver la segunda temporada de Una Perra Andaluza online en Filmin
Ambas temporadas de Una Perra Andaluza están disponibles en Filmin, y no necesitas ser fan del cine LGBTQ+ para engancharte. Es una serie sobre crecer, desear, cagarla, volver a intentarlo… y hacerlo todo con mucho brillo y poca vergüenza.
¿Merece la pena ver Una Perra Andaluza?
Definitivamente sí. Si buscas una serie LGBTQ+ diferente, sin clichés, con identidad propia y una voz tan irreverente como sensible, Una Perra Andaluza es para ti. Porque no todas las historias queer deben ser tragedias, y no todas las risas tienen que ser cómodas.
