Mai parlarem de nosaltres es el título de la ópera prima de Raimon Valls que, tras financiar su rodaje vía Verkami, comienza su distribución por algunos festivales como el Calella Film Festival o la Mostra de València 2024. La película es un proyecto pequeño en cuanto a producción pero, sin embargo, logra hacerse grande a lo largo de un metraje que necesita poco más de una hora de duración para mostrar bien sus cartas.
Una historia que refleja la realidad de toda una generación
En Mai parlarem de nosaltres nos encontramos con un argumento que logra atraparnos desde las primeras secuencias gracias, en gran medida, a la gran química que muestran los personajes de Berta Galo y Paula Vicario. Esta película no funcionaría sin el buen hacer de sus dos protagonista y, en este caso, la elección del “cast” ha sido todo un acierto.
Raimon Valls va introduciendo, en el guion, diferentes problemas comunes en toda una generación que se engloban bajo el paraguas de una despedida que ni Andrea ni Raquel parecen querer asimilar. Los arcos narrativos de los personajes se van abriendo con energía a la par que el miedo a decir, a sentir y a asimilar la realidad va desapareciendo. En la cinta asistimos a potentes diálogos escritos con naturalidad que, acompañados de miradas certeras y sonrisas confidentes, nos llevan por un sendero que termina por convencer y atrapar.
Cuando todo explota
La mente durante la juventud a veces es un torbellino que cuesta controlar. Las protagonistas de Mai parlarem de nosaltres tienen que lidiar la intensidad de un futuro próximo que resulta tremendamente incierto. Ese vértigo a decir lo que nunca has dicho y la adrenalina de aprovechar los últimos momentos de algo que llega a su ocaso combinan a la perfección para ofrecernos situaciones repletas de emociones. Con todo, tanto Berta Galo como Paula Vicario gestionan de forma sobresaliente las cargas sentimentales de sus personajes para aprovechar al máximo el alma del guion.
Un nudo que aprieta
Aunque el personaje de Mikel Iglesias aparece como ese soplo de aire fresco que suponen los amores de verano, Mai parlarem de nosaltres no se adentra más allá de lo necesario en este aspecto. El chico remueve ciertas secuencias para aupar el conflicto o, quién sabe, si para abrir los ojos. Aquí lo realmente importante es el tratamiento que se hace de una amistad que parece tan intensa como sincera. Tanto que confunde. La película atraviesa diferentes momentos dramáticos para hacernos entender las mentes de Andrea y Raquel como si fuesen las nuestras propias. Porque a fin de cuentas, todos hemos pasado por esas situaciones en las que deshacer el nudo se convierte en obligación para liberarlo todo.
Una película sincera que sabe lo que quiere buscar en el espectador
Mai parlarem de nosaltres es una de esas pequeñas películas de nuestro cine que sabe bien lo que quiere buscar en el espectador. El filme se aleja de las florituras propias, a veces, de proyectos de este tipo y buscar expresar con naturalidad el poder del amor en todas sus vertientes. El miedo a las despedidas, los veranos que nunca deberían llegar a su fin y un futuro incierto por el que atraviesan millones de jóvenes son piezas fundamentales de un guion al que le basta con 60 minutos para mostrar sus puntos fuertes.