Crítica de “Madres paralelas”: la memoria que necesitamos

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“Madres paralelas” es la nueva película del director Pedro Almodóvar que se estrena en cines el 8 de octubre. Esta producción de El Deseo, TVE y Remotamente Films está protagonizada por Penélope Cruz, Milena Smit, Israel Elejalde y Aitana Sánchez-Gijón. El filme aborda dos temas principales que conectan entre sí y que nos dan muestras de la importancia de la memoria histórica en nuestra sociedad.

Dos madres conectadas por la casualidad

En “Madres paralelas” el personaje de Penélope Cruz y el de Milena Smit coinciden en el hospital cuando van a dar a luz. Ambas niñas de las protagonistas nacen el mismo día y esto será el desencadenante para que las dos mujeres conecten en sus vidas. Janis parece contar con la madurez para afrontar el desafío de cuidar de una pequeña criatura. Por el contrario, Ana y sus inseguridades dan muestras de que todo esto puede quedarle grande.

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Sin embargo, la trama de la película pronto nos dará muestras de que las cosas importantes de la vida no entienden de edades. Afrontar el rol de madre soltera nunca es una tarea fácil y tanto Ana como Janis tienen que lidiar con las dificultades casi sin tener tiempo para asimilarlas. Pero pronto el personaje interpretado por Israel Elejalde ejercerá de desencadenante para que todo de un giro de 180 grados.

“Madres paralelas” y la ausencia de cariño materno

A medida que Janis y Ana se van conociendo, la primera casi siente la necesidad de hacer de madre de la segunda. Los simples consejos sobre cómo cortar las patatas, para hacer una deliciosa tortilla, es una de esas secuencias “made in” Almodóvar que nos dejan atrapados mirando a la pantalla. Pero aquí cada protagonista se va sintiendo prisionera de sus propias dudas y de los miedos que se han creado a causa del pasado.

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La necesidad de Ana de sentirse querida realmente por su madre y la de Janis por encontrar en su corazón el cariño de la suya que murió con 27 años, como Janis Joplin. Precisamente al ritmo de canción estradiegética, “Summertime” de la artista estadounidense acompaña una conversación que termina por hacernos entender algunos matices de ambas protagonistas.

La contención de Milena Smit e Israel Elejalde

Si Penélope Cruz es todo un torbellino gracias a la energía que desprende Janis, tanto Milena Smit como Israel Elejalde tienen que contener mucho más sus interpretaciones. Arturo maquina sus pensamientos desde dentro y gracias a esa naturalidad de Israel acabamos por comprender de lleno su relación con la protagonista.

De igual forma, Ana va dando muestras de que la madurez que parecía haber adquirido con el nacimiento de su hija pronto se ve desmoronada a causa de su juventud. La interpretación de Milena Smit no nos hace recordar en ningún momento a Mila en “No matarás” y esto nos hace pensar en el gran talento interpretativo de la ilicitana. Sobresaliente adaptación ante los cambios de registro.

El equipo técnico, una vez más a la altura

Una vez más, la fotografía de Jose Luis Alcaine resulta una delicia para los sentidos. El rojo combina a la perfección de nuevo con el verde, el amarillo o el azul agua para ofrecernos composiciones visuales que tan solo hace falta mirar para saber a qué director pertenecen. Además, en “Madres paralelas” volvemos a apreciar primeros planos de los rostros que nos muestran de lleno los sentimientos de los protagonistas a través del brillo de sus ojos.

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Alberto Iglesias también se encarga, como no podía ser de otra forma, de acompañar lo que vemos con una banda sonora sutil pero condicionante. El montaje de sonido está muy bien elaborado y apreciamos muy buenas transiciones de audio al ver “Madres paralelas” en una sala de cine. En definitiva, estamos ante uno de esos filmes que basan en la naturalidad su cualidad principal para complementar al reparto.

Un cierre que permanece en la memoria

Una vez que Almodóvar se atreve a trasladarnos a una España en la que sí se abren las fosas, nos encontramos ante un último cuarto de película en el que todo conecta. El director manchego une a todos los protagonistas ante un terreno que esconde algo más que recuerdos. Cualquier generación debe ser consciente de la importancia de la memoria y para ello nos encontramos con un final que nos hará recordar a “Madres paralelas” durante días venideros.

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