¿Qué hicimos mal? es el título de la película escrita y dirigida por Liliana Torres cuyo estreno se producirá el 10 de diciembre en cines. No obstante, antes también se ha podido disfrutar durante el 18 Festival de Sevilla. El filme nos muestra múltiples aristas del ser humano a la hora de encarar las relaciones de pareja en distintas etapas de la vida. Todo bajo una capa que se despega del documental para acercarnos a una ficción realista y que hace reflexionar.
Cuando la llama se apaga
Desde el comienzo del filme a Liliana Torres le bastan miradas, silencios y suspiros para mostrar la decadencia de la pasión. Escenarios tenues y sombríos se mimetizan con el estado de una relación que parece tener los días contados. Sin embargo, el ímpetu de la protagonista por encontrar respuestas, ante la agotadora situación, hace que esta joven cineasta quiera indagar desde el origen.
El proceso de búsqueda de Liliana nos lleva hasta una serie de entrevistas con las antiguas parejas de la protagonista. Aquí conoceremos de manera breve a cada uno de los hombres que han ido forjando un pasado que ahora parece marcar el presente. Visitando diferentes países y ciudades la cineasta se abre paso a través de recuerdos hasta prepararse, de manera casi inconsciente, para la última vuelta de una carrera que parece tener un final claro.
Construcción a base de decisiones
Pero como se indica en el filme amar es permanecer y siempre quedan resquicios que nos hacen seguir posponiendo huidas. Liliana va uniendo líneas de un diagrama de recuerdos y vivencias que ahora pueden que cobren más sentido que nunca, o no. La narración de ¿Qué hicimos mal? nos lleva a nuestra propia reflexión. Muchos habremos pasado por alguno de estos sitios en los que la protagonista ahora ahonda para intentar salir a flote.
A través de una identidad visual natural y sencilla perfectamente desarrollada por Lucía Pan, con cierto matiz documental, ¿Qué hicimos mal? nos va haciendo partícipes de una historia externa que hasta podríamos sentir como propia. Hasta se introduce en ciertos momentos ese “cine dentro del cine” que no hace más que incrementar el realismo de lo contado. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante otra gran apuesta de Avalon por acercarnos joyas independientes que hacen gran uso de los elementos narrativos para contar grandes historias.
