Crítica de 21 Paraíso: honestidad para romper tabús

21 Paraíso es el título de la película dirigida por Néstor Ruiz Medina que se ha estrenado en el 19 Festival de Sevilla. El filme, protagonizado por María Lázaro y Fernando Barona, narra la historia de una pareja que comienza a grabar vídeos para Onlyfans con el objetivo de generar ingresos. No obstante, el filme es mucho más profundo y nos hace partícipes de muchos momentos en los que los protagonistas se plantean el punto en el que se encuentran sus vidas en general y su relación en particular.

Una vida analógica

En 21 Paraíso nos encontramos con una identidad visual cálida y deslumbrante, siempre en sintonía con el tono de los planos secuencia. Marino Pardo, director de fotografía, optó junto al resto del equipo por el formato 4:3 y el celuloide para grabar el filme y esto ha generado un largometraje dotado de una gran honestidad. Lo analógico contrasta con las grabaciones digitales caseras que realizan los protagonistas y, al mismo tiempo, encaja perfectamente con el estilo de vida de Julia y Mateo. El arraigo al campo y el mar de estos jóvenes marca en cierto modo la personalidad y la forma de tratarse y sentirse de la pareja.

Cuando ambos notan que las cosas están cambiando, él prefiere mostrarse más cauto y ella se centra en dar pasos para esclarecer los sentimientos. Tanto María Lázaro como Fernando Barona son capaces de aportar a sus personajes todo lo que el largometraje requería. De hecho, se nota que ambos intérpretes conocían de lleno lo que Julia y Mateo necesitaban expresar y evolucionar a lo largo del metraje.

Una puesta en escena valiente que libera

Uno de los aspectos más esenciales de 21 Paraíso es que nos encontramos con un filme capaz de ir con todo por delante. Aquí no se tiene miedo a contar las cosas tal y como son. Director y actores ofrecen una mirada sincera y real del porno, las relaciones desgastadas y la necesidad de explorar más allá de una simple fachada. Tras su visualización, algo curioso de esta producción será observar cómo para muchos espectadores resultará incómodo lo natural. En Internet, solo queda lo superficial, pero de fondo hay muchos más sentimientos e historias encontradas que también son necesarias retratar sin tapujos en el séptimo arte.

Y es que, a través de todos los momentos que se retratan en 21 Paraíso, nos encontramos con un largometraje que mantiene un halo que desconcierta y que nos incita a querer conocer más acerca del devenir de este amor. La unión de dos personas que buscan en lo cotidiano un motivo más para que el final no llegue. O quizás, tan solo necesiten de un refugio inesperado para dar el paso definitivo hacia el cambio.