Crítica de la película Rodeo: el intenso pulso de Lola Quivoron

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Rodeo es el título de la película dirigida por la cineasta Lola Quivoron que se ha podido ver durante el 19 Festival de Sevilla. El filme, ganador del premio del jurado en la sección Un Certain Regard de la última edición de Cannes, resulta sorprendente en forma y fondo. La directora francesa aprovecha, con gran valentía, la capacidad de Julie Ledru para explotar al máximo un personaje cuyo arco narrativo resulta todo un cóctel molotov en pantalla. Sin duda, nos encontramos ante un largometraje capaz de atrapar a los espectadores con una rompedora mezcla de drama y acción repleta de alma.

Lola Quivoron y Julie Ledru combinan su talento

Apenas necesitamos unos minutos de metraje para darnos cuenta de que estamos ante un largometraje con personalidad. Se nota el conocimiento e interés que, durante años, que Lola Quirovon adquirió sobre esta modalidad de motocross. La pasión por este tema ha llevado a la cineasta a mostrar en la gran pantalla, con realismo, el culmen de su aproximación a esta temática. Los movimientos orgánicos de la cámara se entremezclan con diálogos eléctricos para presentarnos, de forma dinámica, a una protagonista que lleva el peso de la trama de Rodeo de inicio a fin. No pudo estar más acertada Lola Quivoron eligiendo a Julie Ledru para dar vida a Julia.

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Apodada como “La desconocida”, Julie Ledru nos permite precisamente conocer poco a poco a Julia. Todos los dramas, fruto de una vida nada sencilla, quedan difuminados con la adrenalina liberada sobre dos ruedas. Las motos son la liberación de la protagonista, pero también lo es la sensación de sentirse útil en medio de un mundo repleto de hombres y desprecios. Dar gas y acelerar como evasión a una rutina sin marcha.

Cuando la técnica se funde con la narración

Todos los departamentos que han compuesto el equipo técnico de Rodeo han sabido dar lo mejor de sí para generar un todo bastante poderoso. La dirección de fotografía, ejecutada por Raphaël Vandenbussche, es un agradable torbellino que también sabe encontrar momentos de pausa con bellos planos que reflejan valentía y coraje. Al mismo tiempo, la música siempre va de la mano de la imagen para, sin destacar sobre el resto de elementos, fusionarse y acompañar al estruendo de los tubos de escape y el asfalto.

Resulta siempre estimulante disfrutar de películas que se atreven a tomar un pulso diferente al que estamos acostumbrados en las narrativas tradicionales. Lola Quivoron hace valer su talento tras las cámaras y, acompañada de un acertado reparto, consigue buscarnos un hueco a bordo de una motocicleta que nos conduce a un potente final.

Puntuación de La Diacrítica
  • Dirección
  • Guion
  • Actuaciones
  • Dirección de fotografía
4

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